Alrededor de la primitiva Ermita de Las Nieves, surgió con el tiempo la Casa de los Romeros, del siglo XVII, al objeto de hospedar a los peregrinos y devotos que se acercaban hasta el
lugar, pues había algunos que permanecían hasta una semana acompañando a la Virgen. Se mantuvo así hasta los años 40 -50.
Junto a la Casa Parroquial, de principios del siglo XVIII y algunas haciendas y casas de campo próximas, como las de Vélez de Ontanilla y Pinto de Guisla, pertenecientes a la primera
nobleza insular, forman un conjunto histórico artístico de gran valor.